domingo, 5 de febrero de 2012

Capítulo 30.


-Niall, para por favor. No… no estoy preparada –dije mientras se deslizaba una lágrima por mi mejilla.
-¿Qué pasa? No me importa, esperaré –Dijo él dulcemente.
-Pues… es que hay algo que no te he contado, porque aunque es agua pasada, todavía me duele recordarlo.
-Emma, sabes que puedes confiar en mí –dijo haciendo que levantara la cabeza.
-Lo sé.
-Bueno, pues cuéntame lo que pasa –dijo abrazándome para darme seguridad.
-Todo comenzó hace tres años y medio, justo antes de cumplir los quince. Había un chico en mi clase del que llevaba enamorada bastante tiempo, pero él nunca se había fijado en mí. Un día, empezamos a hablar, y a conocernos. Después de unos meses, me dijo que me había querido desde el primer momento en el que me vio, pero que le daba vergüenza decírmelo. Así que empezamos a salir. Estuvimos saliendo durante año y medio, hasta el día de su 16º cumpleaños. Yo le había preparado una cena romántica, le había comprado un regalo, y pensaba que había llegado el momento de que lo hiciéramos, porque sentía que estaba preparada. Bueno, pues pasó la noche y lo hicimos, fue maravilloso, pero cuando me desperté por la mañana fui a darle un beso y me rechazó. Se levantó y me dijo bruscamente: “Joder, ya me ha costado año y medio follarte. Ahora ya puedo decir que me he tirado a todas las tías de mi edad del pueblo” Y se fue. Desde ese día no he vuelto a saber nada de él.  Me cambié de instituto y conocí a las chicas. Ellas fueron las que me sacaron de mi profunda depresión, ellas fueron las que le devolvieron la alegría a mi vida. Las conocí en la banda de música, y desde entonces no me he separado de ellas.
-Cariño, lo siento…
-Como tú comprenderás desde entonces no he dejado que nadie traspasará la barrera que le había puesto a mi corazón, pero llegaste tú y el muro se rompió en mil pedazos. Fue como enamorarme por primera vez.
-Estate tranquila, hasta que tú no sientas que estás cómoda no haré nada que tú no quieras ¿vale? Ese tío es un gilipollas no sabe lo que se perdió dejándote, no sabe lo maravillosa que eres porque él solo quería lo que quería. Pero yo no soy tan imbécil como para hacerte daño. Si he de esperar, esperaré, no me importa. ¿Sabes por qué? Porque tengo toda la vida para pasarla a tu lado, y no tengo prisa.
-Simplemente te quiero –dije.
-Yo también –dijo Niall. Después me besó.

Nos quedamos en el sofá donde habíamos estado hablando hasta que vinieron los chicos. Habían dejado a las chicas en el hotel y a Helen en casa. Así que me fui al hotel. Me despedí de todos ellos y salí a la calle.
Hacía un poco de frío, pero no me importaba que el viento me diera en la cara. Necesitaba despejarme después de lo que había hablado con Niall. De camino al hotel recibí un Whatsapp Marina que decía que me estaban esperando con unas pizzas, así que aceleré un poco el paso porque si no me quedaría sin cenar. Cuando entré todas empezaron a chillarme.

 -¡Tardona!
-Lo siento, necesitaba aclarar mis ideas de camino a aquí.
-¿Qué ha pasado? –dijo Ángela.
-Pues que Niall ha intentado ir un poco más allá y… le he contado lo de Adrián.
-¿Y qué ha dicho Niall? –preguntó Itsaso.
-Pues que él no es tan sumamente imbécil como para hacerle daño a la persona que más quiere, y que esperará todo el tiempo que haga falta. Que no tiene prisa, porque piensa pasar toda la vida a mi lado.
-Sabía que lo entendería –dijo Marina.
-Bueno chicas, no quiero hablar más del tema. Ya sabéis como me pongo.
-Vale, a ver esas pizzas que se enfrían –dijo Itsaso.

Nos comimos las pizzas y nos pusimos todas con mi ordenador. Aunque enseguida les dije que me contaran lo que habían hecho con los chicos.

-Pues cuando os fuisteis los chicos nos hicieron la comida y después estuvimos tumbados echando la siesta en el jardín –dijo Marina.
-Luego, a eso de las cinco salimos a dar una vuelta y nos enseñaron Londres –siguió Itsaso.
-Y a mí Liam me dijo que mañana por la noche me pusiera guapa que pasaba a recogerme a las ocho –concluyó Ángela.
-¡Por fin! –dijimos las tres.
-No nos lo habías contado pillina –dijo Marina.
-Me la ha dicho cuando nos íbamos, y quería que os enterarais todas a la vez –dijo sonrojándose. Todas esbozamos una sonrisa.
-Bueno y… ¿qué te vas a poner? –pregunté.
-Ese es el problema no tengo nada decente. ¿Podemos ir mañana de compras?
-¡No nos lo digas dos veces! –gritó Marina.
-Además yo también tengo que comprarme algo decente, por si acaso –dijo Itsaso.
-¿Por si acaso qué? –me apresuré a preguntar.
-Pues es que Zayn me dijo que un día nos iríamos los dos solos y… ¡más vale prevenir que curar! –terminó diciendo con una carcajada.
-Decidido entonces. ¡Mañana nos vamos de compras! –dije yo.
-Ahora a la cama, que sino mañana no hay quien os levante –dijo Marina.
-Sí mamá –coreamos las tres.

Apagamos la luz y cada una se metió en su cama. Mañana sería un largo día de compras.


Narra Liam.

Acabábamos de dejar a las chicas en el hotel y nos dirigíamos para casa cuando recibí un mensaje de Simon: “No te preocupes, pásate a por las llaves por la mañana al estudio”. Era un genio. Solo habían pasado apenas unas horas desde que le llamé pidiéndole que me dejara las llaves de la casa que tenía a media hora de Londres. Allí es dónde nos llevaba cuando estábamos muy estresados si la casa del padrastro de Harry estaba ocupada.

-Chicos, necesito que me ayudéis un poco.
-Creo que ya sé por dónde van los tiros. Espera a que lleguemos a casa y se lo contamos a Niall también.

Cuando llegamos a casa Emma todavía seguía allí con Niall, pero enseguida se despidió de todos nosotros y se marchó.

-A ver chicos, esta es la situación. El otro día, como ya sabéis, le pedí una cita a Ángela y…
-¡ALELUYA! –cantaron todos intentando imitar a un coro de iglesia.
-Sí, vale, lo pillo –dije riéndome – Bueno pues que necesito que me ayudéis un poco. Solo os pido que vayáis a hacer la compra con lo que yo os diga y que me lo llevéis a la casita de Simon a las afueras, nada más. Del resto me encargo yo.
-Dicho y hecho jefe –dijo Louis.
-Mañana os doy la lista de la compra.
-¡Okey! –dijeron los cuatro a la vez.
-Y ahora, buenas noches chicos, estoy cansado –dijo Niall.
-Yo también –dije bostezando –Buenas noches.

Al final acabamos yéndonos todos a la cama. Necesitaba descansar, mañana sería un gran día. 

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