miércoles, 18 de julio de 2012

Capítulo 37.

Narra Liam.

Los gritos de Harry me habían despertado, pero Ángela todavía seguía dormida. La abracé por detrás y ella se removió entre mis brazos. Se dio la vuelta y nuestras narices quedaron pegadas.

-Buenos días princesa.
-Buenos días amor.
-¿Qué tal has dormido?
-Genial como cada vez que estás a mi lado.
-Aw, te quiero pequeña.
-Y yo -me dijo, luego me dio un pequeño beso en los labios.

Fuimos a desayunar con los demás, que estaban en la cocina. Niall y Emma todavía seguían dormidos. Preparamos el desayuno y esperamos a que se despertaran los dormilones. Sobre las 10 oí a los padres de Emma llamarla. Subí a ver qué querían. 

-¡Hola Liam! ¿Emma no está despierta? -dijo su madre.
-No, todavía no. ¿Queréis algo? Yo os lo traigo sin problemas.
-Pues tenemos un poco de hambre, así que si no te importa traernos el desayuno. Te lo agradeceríamos mucho Liam -dijo César.
-No es ninguna molestia, enseguida os lo subo.

Bajé a la cocina y puse en una bandeja unas tostadas con mermelada y dos tazas de café con leche. Les subí el desayuno y me quedé charlando animadamente con ellos hasta que acabaron y lo recogí. Al de 5 minutos de bajar a la cocina Emma y Niall se levantaron y desayunamos todos juntos, aunque nosotros ya estábamos acabando. Después Itsaso, Zayn, Marina y Louis se fueron a pasar el día fuera, y Ángela me dijo que nosotros también nos íbamos. Cogimos lo necesario para pasar el día fuera y salimos de la casa de Emma.

-Cariño, ¿a dónde vamos?
-No sé, paseemos y a ver hasta donde llegamos. Yo te voy diciendo qué es cada sitio.

Y así hicimos, fuimos recorriendo la ciudad, y mientras tanto ella me contaba todo lo que sabía de los diferentes sitios por los que pasábamos. Entre una cosa y otra se nos hizo la hora de comer y comimos en un pequeño restaurante italiano que dijo Ángela que poca gente conocía. Después me llevó en metro hasta un sitio que tenía playa que decía que se llamaba Plentzia, o algo así, casi no la entendía. Allí estuvimos tumbados en la arena besándonos y abrazándonos. Disfrutando el uno del otro. Se hizo de noche, y cuando nos íbamos a ir vimos a lo lejos a Niall y a Emma y les llamamos.


Narra Niall.


Antes de salir de casa Emma y yo preparamos unos sándwiches y cogimos algunas cosas de picar porque me dijo que nos íbamos de picnic a la playa. Desde que estaba allí todavía no había montado en el metro, pero para llegar a la playa había que cogerlo. Fuimos a un sitio llamado Plentzia, según ponía en cartel que reflejaba el trayecto del metro. Caminamos de la mano por la orilla de la playa, mientras el agua rozaba nuestros pies descalzos. Íbamos haciendo tonterías y salpicándonos con el agua, hasta que se subió a mi espalda y empezó a darme besos en el cuello.

-Pequeña, como sigas dándome besos en el cuello me voy a caer.
-¿Por qué? ¿Te desconcentro o te pongo nervioso? -dijo riendo.
-Ambas.
-Vale, me paro. ¿Pero me sigues llevando?
-Deja que me lo piense. A cambio de qué.
-¿Un beso?
-¿De qué tipo?
-De este.

Se bajó de mi espalda, rodeó mi cuello con sus manos e instintivamente yo puse las mías en su cintura. Se acercó lentamente a mis labios, y cuando estábamos a punto de besarnos me dio un beso de vaca en la mejilla y echó a correr. Corrí detrás de ella y cuando la alcancé la cogí, y la tumbé en la arena.

- ¿Y ahora cómo se supone que vas a escapar de mí? -dije mientras la cogía las muñecas.
-La verdad es que no quiero, quiero estar contigo para siempre y que me retengas a tu lado.
-Yo también cariño. Y ahora reclamaré lo que es mío-dije acercándome a sus labios.
-Encantada -dijo acabando con la distancia.

Fue un beso largo y con sabor a mar. Nos separamos y seguimos nuestro camino hasta un pequeño bosque al lado de la playa. Allí nos paramos a comer lo que habíamos traído a la sombra de un árbol. Estuvimos toda la tarde haciéndonos arrumacos, hasta que Emma se durmió apoyada en mis piernas mientras yo le acariciaba el pelo.

Pasaron dos horas y Emma seguía dormida. Había pasado la tarde respondiendo a las menciones de las fans, siguiéndolas y publicando cosas en Twitter. Cada vez que tengo un rato libre me gusta dedicarles un poco de tiempo a mis fans, sobre todo a aquellas a las que no hemos podido ir a ver todavía.
Estaba hablando con Harry por Whatsapp cuando Emma se despertó; ya había empezado a oscurecer un poco. Me dio un dulce beso en los labios y propuso ir a tomar un helado a una terraza. Allí estuvimos hasta que se hizo de noche, y cuando volvíamos para el metro oímos cómo alguien nos llamaba.

-¡Niall, Emma! -dijo Liam.
-¡Hola chicos! -dijo Emma cuando les vio.
-¿Qué hacéis aquí? -preguntó Ángela.
-Hemos venido de picnic, ¿y vosotros? Creía que estábais en Bilbao -respondí.
-Nos apetecía pasear por la playa -dijo Liam.
-Igual que a nosotros -dijo Emma. Hizo una pequeña pausa y prosiguió- ¿Volvéis ya para casa?
-Sí -respondieron ambos al unísono.

Nos montamos los cuatro en el metro. El trayecto era largo, así que estuvimos hablando todo el rato. De repente Liam y yo recibimos un mensaje a la vez. Lo abrí, era de Simon. Nos miramos y lo leímos. El mensaje decía que teníamos que volver en unos días, que había que ponerse a trabajar con el segundo disco. Volví a mirar a Liam, este bajó la mirada a modo de expresión de las pocas ganas que tenía de volver. Abrí el Whatsapp y les pregunté a los demás si habían recibido el mensaje, me dijeron que sí. Quedamos en decírselo a todas las chicas a la vez cuando llegáramos a casa. Ninguno de nosotros quería irse, pero el trabajo es el trabajo.






¡HE VUELTO! Gracias a todas esas personas que han estado apoyándome durante estos meses y me han ayudado a volver a escribir, sin ellas esto no habría sido posible. las dos personas más importantes han sido Cristina y Amaia. gracias por estar ahí desde el principio, gracias por confiar en mí y devolverme la ilusión. 
Espero que os haya gustado el capítulo, no es de los mejores, pero es una entrada para lo que vendrá después. Comentar si tenéis alguna idea :) ¡Os quiero!

domingo, 22 de abril de 2012

Parón temporal.

Queridas lectoras, malas noticias. Dejo la historia por un tiempo. Sé que llevo un mes sin publicar, y lo siento, pero no me llega la inspiración, no sé qué escribir, y mi tiempo cada vez es más escaso. Apenas quedan dos meses para que se acabe el curso y quiero dar el 100% de mi esta última evaluación. Ha empezado muy bien, porque para el primer examen estudié mucho y saqué muy buena nota, y quiero que sea así con todos lo exámenes. Así que tengo que hacer un sacrificio, y es dejar un poco apartada esta historia. No sabéis la cantidad de horas que me he pasado intentando escribir el siguiente capítulo, pero nada. Estoy en uno de esos momentos en que no te llega la inspiración. Y aprovechando su falta me estoy volcando más en los estudios, y quiero acabar bien este curso. Así que lo siento mucho chicas, espero que lo entendáis; si os ponéis en la piel de una servidora no sabréis lo difícil que me ha resultado tomar esta decisión, pero es lo mejor para mí. Gracias por vuestra comprensión y por el tiempo que os habéis tomado leyendo y comentando en estos 36 capítulos. Espero que este tiempo se pase pronto y volver con nuevas ideas. Muchas gracias. ¡Os quiero!

lunes, 26 de marzo de 2012

Capítulo 36.

Me desperté con el roce de unas manos en mi pelo. Llevaba despertándome igual todos los días desde que estábamos en mi casa. A Niall le gustaba verme dormir y como yo dormía más que él aprovechaba la oportunidad. Cuando vio que abría un ojo me dio un beso en la mejilla.

-Buenos días dormilona. No sé cómo eres capaz de dormir más que yo, ¡eres como una marmota!
-Yo también te quiero Niall -dije poniendo cara de enfadada.
-Sabes que lo decía de broma cariño.
-Lo sé bobo.

Miré a mi alrededor y no había nadie. Los sacos estaban recogidos y doblados en uno de los sofás. Se oía mucho ruido de la cocina así que supuse que estarían allí. Y así era, estaban desayunando todos alrededor de la mesa.

-¡Buenos días! Ya era hora -dijo Louis.
-Pero si son las diez y media Lou, que tampoco es tan tarde.
-Ya pero llevamos despiertos desde las nueve por culpa de Curly Boy que no paraba de decir en sueños "Helen, Helen".
-Ya lo tuvo que contar -susurró Harry entre dientes.
-No te enfades, ya sabes cómo es -le dije a Harry dándole un beso en la mejilla.
-Sí, sé cómo es. Y lo malo es que soy incapaz de enfadarme con él.
-Es lo que tienen mis encantos... -dijo Lou.
-...Que no los puede resistir nadie -acabó Marina.
-Ni siquiera tú te resististe.
-Yo no opuse resistencia Carrot -dijo Marina besando después a Louis.
-Chicos, Zayn y yo nos vamos a dar una vuelta, no sé si volveremos para la hora de comer -dijo Itsaso.
-Perfecto -dijo Ángela guiñándole un ojo a Itsaso.

Los dos tortolitos se fueron y Niall y yo nos pusimos a desayunar. Liam me dijo que les había subido el desayuno a mis padres a las diez porque me habían estado llamando, y a mi hermana se lo había subido Harry después de lo de Louis. Cuando acabamos Marina iba a enseñarle a Louis Bilbao, y Liam y Ángela  también iban por Bilbao, a recuperar el tiempo perdido paseando por sus calles. Todos dijeron que no volverían hasta la tarde. Así que nos quedamos Harry, Niall y yo. Decidimos salir a dar un paseo como el día anterior. Preparamos a mis padres y a mi hermana y nos fuimos a enseñarle la cuidad a Harry. En el tiempo que Niall llevaba aquí habíamos paseado todas las mañanas y tardes por diferentes lugares de la cuidad, y poco a poco se iba familiarizando con ella. No habíamos tenido muchos momentos para nosotros solos, estábamos pendientes de mis padres todo el rato. Harry con todo el cariño del mundo se ofreció a cuidar de los tres toda la tarde para que pudiéramos pasar Niall y yo una tarde a solas. Mis padres estaban encantados, ya que conocían a Harry de aquel verano que vinieron. Así que lleve a Niall a una playa a la que me gustaba ir cuando necesitaba desconectar.



Narra Itsaso.


Durante los últimos días en Londres entre Zayn y yo no pasó nada, pero a mí cada día me gustaba más. Cada vez que me abrazaba por la cintura un escalofrío recorría mi espalda, cada vez que su mano rozaba la mía una descarga eléctrica me sacudía. Con el sentía cosas que no había sentido con nadie. Intenso hormigueo en el estómago, sonrisa tonta al oír su nombre... Sabía que él sentía algo por mí, pero no sabía si era el mismo amor que sentía yo por él. Cuando vinieron por el cumpleaños de Liam fue una gran sorpresa, ninguna de nosotras se lo esperaba. Zayn vino hacia mí con su sonrisa perfecta y me abrazó. Me dijo que al día siguiente tenía que decirme algo importante. Nada más despertarse Emma nos fuimos a dar una vuelta por Bilbao, y enfrente del museo Guggenheim se paró y se sentó en un banco.

-¿Qué te pasa?
-Nada, solo quiero decirte lo que te comenté ayer.
-Adelante, te escucho.
-Itsaso, desde que te fuiste de Londres los días se me han hecho eternos sin ti. Pensé que lo soportaría pero no fue así. Un fuerte dolor inundaba mi pecho, como si me faltase la respiración, como si una parte de mi corazón no estuviera conmigo. Y es porque esa parte la tienes tú, porque tú has robado mi corazón. Desde el momento en el que apareciste en ese aeropuerto algo en mi se removió, y una serie de sensaciones que no había experimentado hasta ese momento aparecieron. A medida que pasaban los días se hicieron más fuertes y para cuando me di cuenta de lo mucho que te necesitaba ya te habías ido. No quería fastidiarla, quería estar seguro de lo que sentía antes de decirte nada. Eres la pieza que completa mi puzzle, la que he estado buscando durante tanto tiempo, la que necesito para sobrevivir. Que no sé si podré estar un día más sin ti, que te necesito a mi lado para ser feliz, para poder seguir adelante. Que te quiero.

No me salían las palabras. Solo fui capaz de articular un "Yo también te quiero Zayn". En ese momento él sonrío y se acercó lentamente hacía mi. Tomó mi rostro entre sus manos y me besó con la mayor dulzura posible. Coloqué mis manos alrededor de su cuello y me dejé llevar. Fue un beso largo, intenso, esperado. Separamos nuestros labios cuando nos faltó el aire, pero mantuvimos nuestras frentes pegadas. Ambos sonreímos como nunca lo habíamos hecho.
Cogí su mano y comenzamos a caminar. Algunas fans se paraban y se hacían fotos con él, pero se fueron enseguida. Nosotros seguimos nuestro paseo por Bilbao hasta que nos entró el hambre y entramos a comer en un restaurante. Al acabar la comida, él, muy cabezota, acabó pagando. Después fuimos al parque de doña Casilda y nos tumbamos en el césped hasta que anocheció. Entonces fuimos a casa de Emma y les contamos lo que había pasado, porque al vernos entrar muy juntos empezaron a hacer preguntas.









Siento mucho mucho mucho no haber subido en tantos días. No estaba inspirada, y hoy tampoco, pero para celebrar las 10000 visitas he escrito este capítulo. Es un poco corto, lo sé, espero que me perdonéis. Bueno, quiero dar las gracias a todas las que me leéis porque gracias a vosotras esto sigue adelante, porque me dais ánimos para seguir. También quiero decirles algo a dos personas que comentaron en el capítulo anterior. La primera es "Anónimo", como u propio nombre lo indica, no sé quien eres, pero te agradezco mucho tu comentario. Y la segunda es "#", no me deja ver tu perfil así que no puedo ver tu historia. Todo el que quiera mandarme el link de sus historias, que me siga en Twitter, y el que quiera que le avise de los capítulos o comentarme algo y que les responda también. Es @Love_1DBoys. Gracias por vuestra paciencia y compresión, sois las mejores. ¡Os quiero!

miércoles, 14 de marzo de 2012

Capítulo 35.

Hacía varios días que Ángela no paraba de decir que no iba a estar con Liam el día de su cumpleaños, que no le iba a poder ver... A todas nos daba pena no poder estar el día del cumpleaños de Liam, pero cuando Niall volviera le llevaría nuestros regalos. Estas últimas dos semanas Liam y yo habíamos hablado mucho, nos veíamos todos los días por el Skype y estábamos varias horas charlando. Ya le había dicho que tenía su regalo, y que se lo llevaría Niall, pero él me decía que no quería regalos y yo le dije que no se podía devolver. 

Ese día 29 había llamado a Liam pronto para felicitarle, pero no me cogió el teléfono. Sobre las 11, un par de horas después de haberle llamado, el timbre de casa sonó, no esperábamos a nadie, pero Niall fue corriendo a abrir. De repente alguien me tapó los ojos con las manos.

-Niall, ¿para qué me tapas los ojos?
-Ah, bien, o sea que ya no reconoces el perfume de tu mejor amigo, vale, muchas gracias.

Me di la vuelta y allí estaba, con una amplia sonrisa en la cara. Me levanté del sofá y fui a abrazarle con todas mis fuerzas, no le había visto en persona desde el día 9. Veinte días... demasiado tiempo. Se separó de mí y me dio un beso en la mejilla. Como un haz de luz volvió a mi cabeza el pensamiento de que hoy era el cumpleaños de Liam, así que le tiré de las orejas y le canté el cumpleaños feliz, aunque no comprendió mucho de lo que decía. Luego fui a saludar a los demás, Harry y Louis me levantaron por los aires y Zayn fue más moderado y me dio un abrazo. Subí a la planta de arriba y les dije a mis padres que teníamos visita, que habían venido los amigos de Niall, y me dijeron que subieran, ya que ellos no podían moverse de la cama. Los chicos subieron y fueron muy amables con mis padres. Cuando acabamos fuimos a darle una sorpresa a mi hermana, que todavía seguía dormida la muy dormilona. Niall fue a por mi guitarra y se colocaron todos alrededor de la cama de mi hermana y comenzaron a cantar. Mi hermana poco a poco fue abriendo los ojos y les vio a los 5 allí, y pegó un pequeño grito. Los chicos la abrazaron y le firmaron unas cuantas cosas que tenía allí, estaba muy ilusionada. Les pedimos a los chicos que bajaran al salón ya que tenía que asear a mi hermana y a mis padres, porque no podían solos. Cuando acabamos la bajé subida a mi espalda y la senté en el sofá mientras le preparaba el desayuno. Les pregunté a ver si querían tomar algo y me dijeron que no. Mi hermana desayunó y decidimos llamar a las chicas para que vinieran. Al de 20 minutos estaban todas allí, ya que les dije que era urgente. Cuando les abrí la puerta se quedaron asombradas.

-No no no no no puedes ser -empezaron a tartamudear.
-¡Chicas! -gritaron todos abriendo los brazos.
-¡Chicos! -respondieron ellas yendo a refugiarse en los brazos de sus respectivas parejas.

Marina y Ángela no se cortaron ni un pelo con Louis y Liam. Zayn e Itsaso no fueron tan demostrativos como los demás, ya que no eran pareja, pero también se abrazaron. El resto de la mañana nos la pasamos hablando, y cuando llegó la hora de comer hice comida para los trece. Como todos los días, Niall me ayudó a cocinar, siempre lo hacía, fuéramos 2 o 30, le daba igual. Hicimos algo sencillo para nosotros y los platos de la dieta que les había mandado el doctor a mi padres. Mi madre hacía un par de días que había empezado a caminar con las muletas, así que entre ella y yo bajamos las escaleras en dirección al salón. En cambio mi padre todavía no caminaba, y esos días nos habíamos apañado Niall y yo para bajarle a pulso por las escaleras, pero hoy los chicos se ofrecieron con mucho gusto a bajarle entre todos y que pudiéramos comer juntos.
Al acabar de comer recogimos todo y fuimos a dar una vuelta, ya que hacía muy bueno. Yo empujaba la silla de mi madre, Niall la de mi padre y Harry la de mi hermana. Habíamos salido así todas las tardes desde que volvimos a casa después del accidente, cada día una de las chicas se turnaba apara llevar la silla de mi hermana, pero hoy como Helen se había tenido que quedar en Londres, Harry llevaba a mi hermana. Iban conversando animadamente, ella no dejaba de contar chistes malos en inglés, y él de intentar hablar en castellano. La verdad es que mi hermana tenía muy buen nivel de inglés, ya que había ido desde pequeña a la academia, y eso que solo tenía 10 años. Llegamos al parque del centro de la cuidad y nos sentamos en unos bancos que había. 
A la hora de merendar compramos unos helados en la heladería y volvimos para casa. Las chicas se pararon en sus respectivos hogares para coger los regalos de Liam. Cuando llegamos ya eran casi las ocho y decidimos montar una pequeña fiesta para celebrar el cumpleaños de Liam.

-¿Qué os parece si pedimos unas pizzas y celebramos el cumpleaños de Liam?
-Estaba deseando que lo propusieras -dijo Louis.
-Hasta hemos traído los regalos de Liam -comentó Harry.
-¿Más regalos después de haberme regalado el billete de ida y vuelta hasta aquí? ¡Venga ya!
-Sí, más regalos -dijo Zayn con cara de pillo.
-Ya os dije que no quería nada.
-Pero a todos los aquí presentes nos da igual que no quieras nada, te vamos a comprar regalos por tu cumpleaños igualmente -dijo Ángela.
-A mí con verte estos días ya me basta como regalo.
-OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH -coreamos todos.
-Bueno, empecemos con los regalos y luego ya cenamos -dijo Niall.

El primero fue Zayn que le regaló unas playeras de correr que Liam llevaba mucho tiempo buscando pero que no había encontrado en ningún sitio. El segundo fue Louis que le regaló unas clases de conducir impartidas por él y una camiseta que ponía "Louis es el mejor profesor de conducción del mundo", que tenía que llevar durante las clases. Todos estallamos en carcajadas y nos pusimos a llorar de la risa. Después fue Harry que le compró, junto con Helen, unas entradas para ver un partido de la NBA para cuando fueran de gira. Luego prosiguieron Marina e Itsaso con su regalo, que era la camiseta de esa temporada de los Lakers para que se la pusiera en el partido; se habían compinchado con Harry y Helen. La siguiente fue Ángela que le regaló un fin de semana romántico para los dos. Y por último, Niall y yo. Al ser nuestro mejor amigo habíamos comprado un regalo cada uno y luego uno entre los dos. Primero le di el mío, que era un álbum con fotos nuestras y una carta. Luego Niall sacó su gran regalo. Por la forma ya se suponía lo que era, pero aún así Liam lo abrió. De aquella funda sacó una guitarra preciosa con su nombre grabado y una dedicatoria de Niall. Y para acabar, le dimos el regalo que le habíamos comprado entre los dos. Era una cámara semi-réflex para que Liam pudiera sacar ese talento que tenía y que a muchos había ocultado. Después de todos los regalos, nos fue abrazando a todos. Vino con los ojos llorosos hacia donde estábamos Niall y yo.

-No me quedan palabras para agradeceros los regalos y todo el apoyo y el cariño que me dais. Os quiero -dijo para después fundirnos en un abrazo.
-Nosotros a ti también Liam.

Tras los agradecimientos y la cena, los chicos tenían intención de irse a su hotel, pero les prohibí rotundamente que se fueran. Saqué todos los sacos de dormir que tenía de cuando mi padre era instructor de campamentos y los repartimos por el salón. Acostamos a mis padres y a mi hermana en el piso de arriba y bajamos a dormir todos juntos en el salón.

lunes, 12 de marzo de 2012

Capítulo 34.

-Niall, tengo miedo, miedo de perderles. Me han dicho que puede que mi padre no vuelva a caminar, y a mi madre la operan mañana. Estoy muy asustada -dije entrecortadamente.
-Escúchame, todo va a salir bien ¿vale? Se recuperarán -dijo dándome un beso en la parte alta de la cabeza.
-Eso espero...

Caminamos hacia dentro; primero fuimos a ver a mi hermana. Enseguida le salió una sonrisa al ver a Niall entrar por la puerta, era fan de los chicos. Ellos hablaban animadamente mientras yo les observaba, me gustaba ver a mi hermana sonreír en este momento tan difícil. Luego fuimos a ver a mis padres, los dos tenían mejor cara, incluso hablaban con normalidad. Al de media hora vino un médico y nos dijo que teníamos que dejarles dormir. Fui a darle un beso de buenas noches a mi hermana y Niall se ofreció a quedarse con ella, mientras yo me quedaba con mis padres. Me despedí de Niall con un pequeño beso y fui a la habitación de mis padres. Me costó mucho encontrar la postura para estar cómoda en aquellas horribles sillas. 

Tuve gran parte de la noche para pensar, ya que solo dormí cuatro horas. Estuve pensando en que no podía dejar que Niall diera de lado a los chicos porque mis padres estaban enfermos, él lo significa todo para mí, pero mis padres me necesitan ahora más que nunca. Así que cuando acabaran las vacaciones le diría a Niall que se fuera con los chicos a la gira nueva, que podría permitirme que se quedara conmigo. 

Entre una cosa y otra, ya era hora de que mi madre entrara a quirófano, así que la desperté suavemente para que estuviera lista para cuando el médico llegara. Al poco rato, entró con dos celadores y se la llevo. Yo le susurré al oído que fuera fuerte y que la esperaba después de la operación. Cuando metieron a mi madre, mi padre todavía seguía durmiendo y fui a ver a mi hermana. Entré sigilosamente en la habitación y Niall y ella estaban dormidos dados de la mano, estaban muy guapos los dos. Mi hermana había recuperado color, y se la veía mejor. Me acerqué hasta Niall y le besé la mejilla, este hizo un ligero movimiento y abrió los ojos, sin dejar de estrechar la mano de mi hermana.

-Buenos días amor -me dijo dulcemente.
-Buenos días cariño, venía a decirte que a mi madre ya la han metido a quirófano.
-Vale. Oye... te veo mala cara, ¿has dormido bien?
-Apenas cuatro horas. Me he pasado toda la noche pensado.
-¿En qué?
-Mira Niall, por ahora te dejo que te quedes aquí conmigo, pero luego prométeme que cuando acabe el verano te irás con los chicos de gira ¿vale?
-Pero yo no quiero dejarte aquí sola con todo el marrón...
-Ni peros ni nada cariño, tú tienes tu carrera, y me odiaría a mi misma si te dejara quedarte mientras los chicos están de gira.
-Está bien, pero te prometo que cada día libre que tenga vendré a verte, que reservaré todos de semana posibles para poder estar a tu lado.
-No sé como puedo querer tanto a una persona, eres impresionante.
-Tú me haces impresionante.

Dicho esto nos fundimos en un cálido beso. No podía pedir más de él, me apoyaba siempre, me mimaba como a una princesa... Y todo esto había pasado en menos de dos semanas. Es surrealista, pero es mi vida. Cuando nos separamos mi hermana comenzó a despertarse, vaya casualidad. Los médicos vinieron a hacerle la revisión y nosotros nos fuimos a desayunar. Niall pidió dos cafés y un bocadillo para cada uno. Desayunamos tranquilamente y luego volvimos a donde mi hermana. El médico nos dijo que la habían llevado a realizar una radiografía en nuestra ausencia y que las fisuras eran menos graves de lo que parecían, que la pierna y el brazo curarían en menos de un mes, aunque las costillas tardarían más. Luego fuimos a ver a mi padre, que ya estaba despierto y el médico con él.

-Bueno César, parece que al final si podrá caminar. Estuvimos revisando diferentes especialistas y yo las radiografías y los escáneres y dio la casualidad e que tuvimos un problema en la impresión de todas ellas que causó que pensáramos que se había quedado parapléjico, pero no.
-Oh, muchas gracias doctor, es una gran noticia -dije yo.
-No ves como las cosas iban a mejorar -me susurró Niall al oído.
-Parece que sí.
-Bueno, y su madre señorita Robles, se encuentra en el postoperatorio, la operación ha salido satisfactoriamente y estamos esperando a que se despierte.
-¿La podré ver cuando despierte?
-Claro, la avisaré.
-Muchas gracias doctor.
-De nada.

El doctor salió por la puerta dejándonos solos a los tres.

-No sabes cuanto me alegro aita de que fuera una falsa alarma.
-Y yo cariño, y yo. 

Nos quedamos hablando con él mientras esperábamos a que mi ama se despertara. Mi padre y Niall se conocieron más, y compartieron su gran sabiduría sobre fútbol. Se notaba que le agradaba Niall, y que le hacía feliz que estuviera conmigo. Al de un rato el médico vino y me dijo que ya podía pasar, y les dejé allí hablando a los dos. Estaba en una camilla un poco incorporada bebiendo agua y con una venda en la cabeza, tenía mejor cara.

-Hola cariño.
-Hola ama, te veo mejor. 
-Eso dice el médico, me ha quitado todos los trozos y me han rellenado los huecos del cráneo con una pasta que se osifica.
-Eso me ha comentado. Por cierto, las radiografías de aita estaban mal, y va a poder caminar otra vez. 
-¡Gracias a Dios!
-Y tanto.
-¿Y tu hermana qué tal?
-Bien, dicen que las roturas eran menos profundas de lo que parecían y que sanarán en menos de un mes, pero que las costillas tardarán más. 


Los días fueron pasando y mi familia iba mejorando poco a poco. Al de unos días le dieron el alta a mi hermana y nos fuimos los tres a casa, mientras mis padres seguían en el hospital. Yo me quedaba a dormir todas las noches a dormir y luego Niall venía con mi hermana por la mañana a hacerme el relevo y que descansara un poco, pero después de comer volvía a ir. Mis padres se llevaban genial con Niall, y le tenían mucho aprecio. Al de tres días del accidente llegaron las chicas, y me dijeron que habían anulado la reserva del hotel y explicándole todo a la casera, y que sin problemas les habían devuelto el dinero que había pagado por esas dos semanas que quedaban. Los chicos habían aprovechado los días que quedaban para ir a ver a sus familias.

Sin dame cuenta ya estábamos en la última semana de agosto. Ya les habían dado el alta a mis padres y estábamos en casa todos. Yo había decidido retirar mi inscripción de la universidad por motivos de salud familiar y buscar un trabajo para poder mantener la casa mientras mis padres no podían trabajar.

Un día, recibimos una visita inesperada. El día 29 de agosto.