miércoles, 26 de octubre de 2011

Capítulo 5.

Narra Niall.

Me las pagarán, se lo aseguro. No se les puede contar nada.

Mientras Lou y Emma conectaban la cámara, les he contado a los demás que había sido amor a primera vista con Emma. Es perfecta. Ese acento español me tiene cautivado, esa forma de mirarme y de ponerse nerviosa hace que me ruborice. Cuando se aparte un mechón detrás de la oreja, sonríe y baja la mirada, me tiemblan las piernas. Me encanta, cada una de sus partes del cuerpo, pero sobre todo esa mirada verde profunda.
No sé lo que me pasa, solo la conozco de hace apenas unas horas, pero no puedo quitármela de la cabeza. No es una fan más, no es una chica más. Ella es diferente. Me hace reír, cuando normalmente soy yo el gracioso y hace que me ponga nervioso, y eso ninguna chica lo ha conseguido. Quiero conocerla más, y voy a hacer todo lo posible por no perderla.

De repente Zayn me sacó de mis pensamientos.

-Hey bro, estás como embobado ¿pasa algo?
-No Zayn, simplemente estaba pensando.
-Bueno, pues deja de pensar tanto que Emma ya se ha ido a la cocina, te está esperando.
-Ui, si si. Voy ya.

Fui a la cocina y allí estaba ella, mirando lo que había en la nevera y seguro que pensando qué hacer. Notó que había llegado y cerró la nevera.

-He pensado que podíamos hacer una tortilla de patata muy grande, porque después de que prueben un trozo, querrán repetir todos –dijo riéndose.
-Por mi perfecto, además me encanta la tortilla, y creo que los chicos no han probado la española.
-Vale, pues manos a la obra pequeño.

“Pequeño” No había oído mal, me lo había llamado, ya me sentía un poco más en armonía con ella. Mientras cocinábamos estuvimos hablando de nosotros. De lo que nos gustaba, de lo que hacíamos en nuestro tiempo libre… Un poco de todo. Me dijo que le gustaba mucho la música, pero que nunca había tenido una gran voz. Que sabe tocar el piano y que está en proceso de aprender a tocar la guitarra. Y luego me preguntó a mí que era lo que me gustaba hacer a parte de la música. Le dije que me gusta ir a la playa, hacer deporte y jugar a la Wii con los chicos, tenemos una pequeña obsesión. A todo eso me respondió con un: “A mí también. Vaya, nos gustan las mismas cosas”.

Hablando y hablando se nos pasó el tiempo y terminamos la tortilla, tenía muy buena pinta. Se le notaba que le gustaba cocinar.

-¡Chicos, a cenar!
-Hambre, hambre, tenemos hambre, hambre –entraron cantando todos haciendo la conga.
-Uuuuuuu, qué bien huele –dijo Lou.
-Mejor sabrá –le respondí.
-Venga, a sentarse y a probar nuestra maravillosa tortilla –dijo Emma.

Me senté entre Harry y Emma. Quería darle las gracias a Harry por haberme hecho cocinar con Emma. Me dijo que no era nada, que para eso estaban los hermanos, que si ella me hacía feliz que a ellos también. Además, les caía muy bien a todos.

-Bueno, ¿qué tal está la tortilla?
-Deliciosa –dijo Liam relamiéndose.
-Me alegro, Niall es un buen ayudante –dijo Emma sonriéndome.

Cenamos, recogimos todo y Emma dijo que tenía que irse al hotel, que quería descansar. Se despidió de los chicos y les dijo que esperaba volver a verles pronto.

-Emma, ¿te importa que te acompañe? Esta oscuro, y no quiero que te pierdas.
-Claro Niall, ningún problema. Hasta otro día chicos -dijo, y se despidió de todos con dos besos y un abrazo.
-Nos vemos pronto –respondieron los cuatro.

La acompañé hasta el hotel y cuando llegamos, quería decirle lo que sentí, pero me pareció demasiado pronto y no quería asustarla y que se apartarla de mi lado. Un poco egoísta tal vez, pero no había sentido nada parecido a lo que sentía por ella con ninguna chica. Y entonces, ocurrió algo que no esperaba.

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