lunes, 31 de octubre de 2011

Capítulo 9.

Narra Niall.

Nos separamos. ¿De verdad estaba pasando esto? Sí, era verdad. Me correspondía, me quería. Y yo era el hombre más feliz del mundo.

-No sabes lo feliz que soy ahora –le dije perdiéndome en sus ojos.
-Y yo, y yo –me dijo apoyando su cabeza en mi pecho.

Nos quedamos así hasta que se hizo de noche. Emma se había dormido y a mí me daba pena despertarla. Mientras hablé con Harry por Whatsapp. Le conté todo lo que había pasado, me dijo que se alegraba por nosotros y que luego llevara a Emma a cenar a casa, que ellos harían la cena. Entonces, Emma se despertó.

-Buenos días princesa, mejor dicho buenas noches.
-Me he dormido ¿verdad?
-Sí, pero no me importa. Me ha dicho Harry que vayamos a cenar a casa.
-Okei, pero primero podemos ir a la noria, ¿no?
-Sí, ahora mismo vamos.

Nos levantamos, nos sacudimos la hierba de los pantalones y la espalda. Después nos fuimos paseando hasta el río, y de allí, a la noria. Por el camino, le cogí la mano a Emma. Ella miró nuestras manos entrelazadas y sonrió. Una sonrisa de felicidad, esa sonrisa que me hacía feliz. Llegamos al London Eye, y como siempre, estaba Richard vendiendo las entradas. Me acerqué a la ventanilla.

-¿Una cabina sola para un cliente habitual no tendrás Richard? –en seguida reconoció mi voz.
-Para ti todas las que quieras amigo Niall. Veo que hoy vienes acompañado, y a la última vuelta como siempre. Os paso por detrás, venid –nos dijo.
-Niall, ¿sueles venir mucho? –me preguntó Emma.
-Sí, un par de veces a la semana fijo, incluso a veces más. Rick siempre me reserva una cabina para mí solo, por eso de las fans. Me gusta venir aquí a pensar, y a despejarme de todo lo que conlleva ser famoso. Dentro de esa cabina sólo soy Niall Horan, un chico irlandés que está en Londres. Eres la primera persona a la que traigo aquí conmigo, porque hoy es un día especial.

Subimos a una cabina, y Richard me tendió una guitarra. Se la había llevado antes porque quería cantarle una canción a Emma. Ella se sorprendió al ver la guitarra.

-¿Qué vas a hacer con eso? –me preguntó con cara de enfado.
-Tocarla, porque creo que es lo que se hace con ella –le dije riéndome.
-Ni se te ocurra cantarme a mi –dijo poniéndose roja.
-Lo siento mi amor, es demasiado tarde –le dije, y empecé a tocar What Makes You Beautiful. Mientras cantaba, no paraba de mirarla a los ojos. Estaba seguro de lo que sentía, era lo que más quería en el mundo, y no pensaba perderla por nada. Acabé con el verso que solía cantar Harry. No pude resistirme y la besé, como nunca antes.

-No sé cómo puedes hacerme esto, te quiero –me dijo abrazándome. Justo en ese momento, la vuelta se acabó. Y salimos fuera. Nos despedimos de Rick y cogimos un taxi para ir a casa.

Cuando llegamos allí estaban todos, esperándonos en el salón, dispuestos a acribillarnos con preguntas. Y así fue.

-Bueno parejita, ¿algo que contar? –dijo Zayn.
-No, tú lo has dicho, parejita –dijo Emma.
-No os vamos a dar ni un solo detalle hasta que nos pongáis la maravillosa cena que habéis preparado –dije yo.
-¡Qué raro! Niall tiene hambre –dijo Liam.
-Pues sí, como de costumbre –rió Louis.
-Menos cháchara y más movimiento, que el chef Hazza os ha preparado una estupenda cena.

Nos sentamos a cenar, y la verdad es que la comida de Harry estaba muy buena. Bueno, como todas las veces que él cocinaba, se le daba muy bien. Entre Emma y yo, les contamos lo que había pasado, y todos nos miraron con cara de embobados.

-OOOOOOOOOOOH –dijeron los cuatro cuando acabamos- Nos alegramos mucho por vosotros chicos.
-Gracias, y a vosotros, ¿qué tal os ha ido el día? –preguntó Emma.
-Mal –dijo Zayn con cara triste- nadie me quería acompañar de compras.
-Pobre, yo te acompaño mañana –se apresuró a decir Emma.
-Venga bro, yo también te acompaño –dijo Harry.
-Bien, pues mañana te pasamos a recoger pronto Emma –dijo Zayn entusiasmado.
-Tendréis que ir los tres solos, porque nosotros tenemos que ir a grabar al estudio –dijo Louis por él, por Liam y por mí.
-Pero luego comemos todos juntos ¿vale? –dije yo.
-Vale, por mí perfecto. Mañana os espero en mi hotel. Ahora me voy que se está haciendo tarde. Gracias por la cena chicos –dijo mientras se despedía de los cuatro.
-Y de mi ¿qué, no te despides? –le dije haciéndome el celoso.
-Dejo lo mejor para el final –me dijo besándome en los labios.
-Mañana nos vemos princesa, te quiero.
-Y yo a ti mi príncipe –me dijo al oído mientras nos abrazábamos. Se fue, y nosotros subimos a las habitaciones para dormir, mañana sería un largo día.

1 comentario: